Sofi dice:
Partidas
-P-P-P, las tres P. Pasaporte, pasajes y plata. Fundamental, Sofi.
Cuando le aviso a mi madre que estoy yéndome el martes me pregunta si quiero que me lleven a Ezeiza con papá, propuesta que agradezco cariñosamente pero no agarro porque Madre es capaz de hablarte hasta la sala de embarque después de hacerte un listado de todas las cosas que te podés estar dejando atrás en el trayecto por la A1.
Chico dice que me lleva y sino tengo los autos que llaman en la agencia o alguna de las chicas. Lo que sea pero en formato de trámite, nada de familia en el aeropuerto. Me ha pasado en Ezeiza eso de ponerme a llorar cuando veo gente desconocida que se abraza antes de la escalera mecánica; me imagino las historias, padres que no vuelven a ver a sus hijos hasta dentro de un año, novios que se separan por un tiempo largo, abuelos y nietos que de repente jamás se volverán a ver. Lloro.
No, de ninguna manera. Tengo que admitirlo, no importa por cuán poco tiempo, pero odio las despedidas.
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