-Te gusto, ¿no? - Sabes que sí. - ¿Más que cualquiera de los chicos que conoces? - Sí - suspiré. - Pero eso es todo- sentenció. No era una pregunta. Era duro responderle. ¿Se sentiría herido y me evitaria? ¿Cómo iba a poder soportarlo? -Sí - susurré. Me dedicó una gran sonrisa. - Pues no hay problema, ya sabes, como tú eres la que más me gusta, y crees que estoy bieeen; ¡Estoy preparado para ser sorprendentemente persistente! -No voy a cambiar- repuse y oí el tono triste de mi voz. - Pero no te enfades por que te ronde, ¿si?, no me voy a rendir. Tengo tiempo de sobra. Suspiré - No deberías desperdiciarlo en mi - le respondí, aunque no quería hacerlo, en especial si estaba dispuesta a aceptarme tal y como me encontraba, es decir, como algo muy parecido a un objeto estropeado. -Es lo que quiero hacer, siempre y cuando disfrutes de mi compania. -No logro imaginarme cómo no voy a querer estar contigo. Me tomó las manos. -En realidad esto no te molesta, ¿verdad?- inquirió mientras me estrechaba los dedos. -No.- Suspire. Era agradable de verdad. Sentia su mano mucho mas caliente que la mia, que ultimamente estaba demasiado fría.

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