Tus labios entreabiertos
con un leve zumbido al respirar,
tu cara sin gestos,
Tu vientre haciendo un hueco
para guardar mis pistilos de agua luz,
tus pies descubiertos, tus brazos abiertos,
tu ombligo, el universo todo en tí...
Y yo me fumo tu aliento después de la batalla
de dos cuerpos y el amor.
En tus uñas hay rastros de mi piel
y en mi piel hay sudor del compartido,
es sudor de sal que sabe a miel,
son tus manos arañando en lo prohibido.
Duerme, duerme...
que yo aun no sé si estoy soñando,
se vino el cielo a este lugar
mientras tu cuerpo aun temblando.
Duerme, duerme...
que seré el centinela de tus sueños,
que no hallarás allí uno mejor
que del que acabo de ser dueño.
Tu pelo derramado llenando de azabache mi colchón,
tus uñas pintadas, tus piernas cerradas,
tus pliegues en perfecto claro obscuro...
Y yo creo más en dios después de la fortuna
de dos cuerpos y el amor.
Y tu que aun no te enteras que te amo
porque no entiendes el lenguaje de mis manos
mañana al despertar yo te diré
lo que este tiempo por cobarde me callé.
Duerme, duerme...
que yo aun no sé si estoy soñando,
se vino el cielo a este lugar
mientras tu cuerpo aun temblando.
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