
los chicos no pararon de bailar cualquiera de los temas de los guachiturros (pasaban al escenario y se bailaban el tema entero!) y de hacernos rezongar. al principio me la vi gede, no me gustaba mucho, pero una vez que ves a los chicos disfrutando no podes no contagiarte con toda esa onda, y terminas encariñándote, con ellos y con los que se tomaron el tiempo y las ganas (QUÉ GANAS) de organizar este evento.
qué me queda?
-tarea atrasada de la facultad
-un gusto amargo de la cantidad de gente pobre que hay (y no hablo solo de la plata, sino también pobre de una educación digna, privados de cosas que para mi son más que naturales)
-pero por sobre todo, la sensación de que con un poco de esfuerzo pudimos hacer que quinientos chicos vayan a recordar una tarde de juegos por mucho tiempo. y quizás, con un poco de suerte, haberles hecho ver el abanico de posibilidades de tipo de persona que pueden ser en un futuro cercano.
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