Las mujeres somos todas iguales, no te jodo. Pero lo que no entienden los hombres es en qué somos iguales.He aquí la respuesta:1) Todas nos enroscamos: cuando no tenemos las cosas en claro, simplemente nos damos manija. Más aun cuando nos pasa algo puntual, ej: ese chico que se quedó a dormir y fue tan cariñoso no llama nunca más. “No tendría que haber permitido que se quedara a dormir. Al final, va a pensar que soy fácil. Creo que le dio miedo que le untara la tostada, siempre hago lo mismo, me regalo, no sirvo para nada, voy a envejecer sola, voy a ser una anciana con tres gatos que la encuentren después de una semana de haber muerto, bla bla bla, bla bla bla”2) Tenemos alta capacidad para dibujar un mapa mental de cómo va a ser todo. ¿En qué termina? En angustiarnos porque no toleramos las frustraciones, es decir, que no sucedió lo planificado en nuestra cabeza. Mejor aplicar más pies en la tierra, más tolerancia a lo impredecible de la vida3) Somos celosas de las demás minas y no podemos aguantar que ese chico que se moría por nosotras (sí, el que era medio feo y ni por casualidad le pasabas cabida) le esté hablando a otra.4) Todavía no le dimos un beso y ya estamos pensando en los pros y contras de un noviazgo.5) Nos ilusionamos fácil... Y chocamos mil veces contra la pared.6) Nos sentimos tocadas con TODAS las canciones románticas. Para cada canción hay un recuerdo.Yo ya me acepte, y me propuse cambiar un poco estos aspectos.
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